sábado, 18 de noviembre de 2006

Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj

Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan —no lo saben, lo terrible es que no lo saben—, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.

Julio Cortazar



Julio Cortazar ha sido un descubrimiento muy grato y reciente para mí. Me pidieron que grabara un cuento o relato corto para ponerlo en la radio. Después de mucho buscar encontré este y me atrajo mucho la paradoja que contiene. Como al ponernos un reloj en la muñeca pasa a formar parte de nosotros. ¿Quien no se ha dejado alguna vez el reloj olvidado en casa? ¿Quien no a sentido durante todo el día esa angustia al no saber la hora constantemente? Nos miramos la muñeca desnuda y nos maldecimos por el olvido, intentando recordar donde lo dejamos el día anterior. Cuando por fin llegamos a casa nos dirigimos al lugar donde creemos que esta y…. ¡¡¡SI!!! Lo cogemos, lo miramos y lo ponemos en su sitio, en nuestra muñeca, donde debe estar. Que alivio se siente cuando vuelve a su sitio.

No hay comentarios: